miércoles, 3 de agosto de 2016

DOS VISIONES DE ESPAÑA: LA REDUCCIÓN DE LAS DIFERENCIAS TEMPORALES




“ Sé que es más difícil gobernar a España ahora que hace cincuenta años, y más difícil será gobernarla dentro de algunos años más.
Es más difícil llevar cuatro caballos que uno solo.
El país está en pié, cruzado por apetitos de toda especie, por ansias de toda clase.
Es más difícil gobernarla ahora que cuando se dirigía desde un despacho del Ministerio de la Gobernación fumando cigarrillos a media noche.  Ahora hay que velar de noche y de día. Pero ¿ creéis que a España le va a faltar no ya fuerza en los puños, sino destreza y agilidad de entendimiento para gobernarse a sí misma? ¡ Cómo le va a faltar¡ 
A esta obra de pacificación, de buen gobierno, señores diputados, yo que paso por un hombre sectario, intransigente y duro, convoco a todos los españoles. Todos los españoles están convocados a esta obra. Cada cual desde su sitio. Pero si no acuden, de todos modos, vosotros republicanos y socialistas, tenéis la parte más grave de la responsabilidad, porque sobre vosotros pesa el presente y el porvenir de España, y hemos de aclarar, republicanos y socialistas, ahora unidos espiritualmente en esta gran labor de refacción (entendido como restauración )  de España, hemos de aclarar que en el fondo de nuestra conducta política,  alienta una noble y gran ambición.”


Extracto del discurso de Manuel Azaña en la sesión de Cortes  de 27 de Mayo de  1932.




“ (…) Cuando se crea un gran Estado  en el que van bien las cosas, en el que ilusiona embarcarse porque la fortuna sopla en sus velas, todo nacionalismo se desnutre y reabsorbe, mientras que cuando surge el Estado en decadencia, paralelamente se fomentan los nacionalismos.
 Al  “Iberismo” definido por el Sr. Cambó  para justificar el nacionalismo catalán al amparo de un enorme movimiento creador histórico, le digo que estoy en desacuerdo con él en la definición,  pero sí comparto el sentido general de que lo importante es movilizar a todos los pueblos españoles en una gran empresa común, que ha de ser la de hacer un gran Estado español.
Pero para esto, es necesario que nazca en todos nosotros lo que en casi todos ha faltado hasta aquí: el entusiasmo constructivo. Éste debe ser el supuesto común a todos los grupos republicanos que latiese unánimemente por encima y por debajo de todas nuestras otras disputas. Que nos envolviese a todos por todos los lados como el aire que respiramos y como el elemento de todos  que no es propiedad de ninguno.
Un entusiasmo constructivo que conlleve un estado de ánimo en el que se unen inseparablemente la alegría de proyectar y la seriedad de hacer. De hacer con alegría, una mejor Nación.
Alegría que pedí, lo que ha molestado a algunos, sin que yo pudiera explicarme tal irritación por ninguna razón favorable a los que se irritaron. Porque si los hay que creen que deben defenderse de mí porque les pido que sean alegres y no agrios, entonces es que éstos no están en su verdad y que han errado en su posición y temple históricos.  Yo pedí agilidad y emprendimiento, lo cual no quiere decir apresuramiento. Porque ágil es el que actúa con la máxima celeridad posible, pero solo con la posible. En efecto, ágil es el que corre pero no atropella.
Vayamos pues con celeridad, pero sin acritud, con decoro, con exactitud y viendo bien qué es lo que hoy desea el país que hagamos en este gran paso político.  Y si no fuera porque uno de sus lados sería petulancia, terminaría diciéndoos, señores diputados, que reflexionéis un poco sobre lo que he dicho, y olvidéis que yo os lo he dicho.”


Extracto del discurso de José Ortega y Gasset en la sesión de las Cortes de 13 de Mayo de 1932.




Anota Azaña en sus diarios con relación a Ortega y Gasset: “ Entre este hombre y yo, toda cordialidad es imposible”    A pesar de esto, en más de una ocasión,  Azaña se sintió obligado a dejar el banco azul al término de una sesión, y acercarse al orador para felicitarle y darle las gracias para que las Cortes Constituyentes, tomasen conciencia de la gravedad de su misión y se ocupasen de las tareas decisivas.

Extraído del libro: Dos visiones de España de la editorial Galaxia Gutenberg.2005 cuya lectura se recomienda para entender qué errores no podemos los españoles volver a cometer  jamás.


Leyendo estos discursos nadie diría que se desarrollaron en 1932, sino que podrían haberse efectuado ayer mismo (2016). ¿Qué ha pasado en la historia reciente de España para que 84 años no cambien absolutamente nada?
¿Tan necios somos los españoles que somos incapaces de vernos reflejados en nuestra propia historia? 
¿Tan volubles se han vuelto nuestros jóvenes políticos que se olvidaron por completo del ayer de nuestros anteriores?
¿No se dan cuenta de que el ayer de nuestros anteriores es el mañana de nuestros hijos si no somos capaces de construir nuestro hoy?

En estos momentos me viene a la memoria una cita que leí a la entrada del campo de concentración nazi de Dachau: NUNCA JAMÁS.

Si olvidamos nuestra historia, nuestros mismos errores impedirán que el hombre social que llevamos dentro pueda evolucionar a mejor.

A la vista de que nuestros políticos representados por los cuatro cabezas visibles, parecen absolutamente incapaces de subir el peldaño de la escalera de la democracia en España sin zancadillearse  los unos a los otros, y pisoteando el sentido común de los ciudadanos,  desde lo más humilde de este blog cuya consciencia me dice que leen socialistas, republicanos y liberales, les pido como ciudadano que alcancen un pacto de investidura y compromiso a 18  meses con nuevas elecciones dentro de 24 meses, y en cuya legislatura solamente se diriman tres puntos:

La redacción de un único estatuto de autonomía para todas las comunidades autónomas en el que se devuelvan las competencias de educación y justicia al Estado.

La redacción de una reforma educativa realizada por técnicos representativos del amplio espectro del mundo de la educación y no por políticos, y a la que se asigne la financiación necesaria.

La consolidación del equilibrio presupuestario  en la medida de lo posible,  con establecimiento de 4 tipos de IVA que supondría una verdadera eliminación de una parte importante de fraude (5%, 10%, 16% y un tramo extraordinario del 24% para el tramo de base imponible que supere un límite consensuado para determinados artículos: viviendas y vehículos no afectos a actividades económicas, joyas y otros bienes definidos ad hoc.)

Y el resto, lo que se pueda.

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